"INVESTIGAR PARA ALIMENTAR": JORNADA DE CONFERENCIAS POR EL XII ANIVERSARIO DEL CIBE

El viernes 16 de enero se realizó la tercera edición de la Jornada Científica por el décimo segundo aniversario del Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador CIBE-ESPOL.  

Con el título “Bien comer para una buena salud individual y social”, los científicos José País, Ileana Rosado, de Cuba; Pedro Cantero, de España; Esteban Tapia y Javier Carrera, de Ecuador, dictaron conferencias que tuvieron como eje central Investigar para Alimentar.  

El Dr. Paúl Herrera, decano de Posgrado de la ESPOL, presentó las maestrías de investigación en Biociencias aplicadas con mención en Biodescubrimiento y en Ciencias de la Ingeniería para la gestión de los Recursos Hídricos que oferta la ESPOL en conjunto con la Universidad de Cuenca, la Escuela Superior Politécnica Nacional y la Universidad Técnica del Norte. 

En su discurso de bienvenida, el rector de la ESPOL, Sergio Flores Macías, recordó los orígenes del CIBE. “Fue en los años 90, en el rectorado de Nelson Cevallos cuando Rodolfo Maribona sembró la idea de trabajar en Biotecnología, enfocándola en banano y otros productos agrícolas fundamentales para el Ecuador por su impacto en el mercado exterior y en la dieta de los ecuatorianos; para resolver problemas como la Sigatoka negra; articular el trabajo en Biotecnología a las políticas públicas del país que favorecen la productividad y la competitividad de los productos agrícolas nacionales y para convertir a los productores agrícolas en aliados de la ESPOL…”.  

En estos doce años de trabajo el CIBE ha sido motivo de orgullo para la ESPOL, señaló la autoridad al tiempo de mencionar que este centro será un eje de investigación-innovación fundamental con miras a la creación de la Zona de Innovación del Litoral Ecuatoriano, ZILE, “para darle sostenibilidad a la agricultura del Litoral y contribuir al tránsito de una economía de recursos limitados a una economía de recursos ilimitados: la del conocimiento”. 

La directora del CIBE, Dra. Daynet Sosa, señaló que el objetivo de las jornadas científicas siempre ha sido divulgar el conocimiento. El lema de este año, dijo, es “Investigar para alimentar” y está relacionado con el trabajo del CIBE: “se hace biotecnología para alimentar”. La directora explicó que las conferencias giran en torno a la alimentación y a la agricultura porque es en el campo donde empieza todo; y “pese a que en distintas culturas se tiende a creer que se come lo mismo, son los cultivos los que representan la identidad de un país”. 

En la primera conferencia, el chef quiteño Esteban Tapia se refirió al fortalecimiento del patrimonio alimentario y específicamente a la revalorización del cerdo criollo, basado en una investigación que busca similitudes genéticas con el cerdo ibérico, carne apetecida mundialmente, según expresó.  

“Uno de los componentes más claros de la cultura de un país es la alimentación”, dijo el experto y citó como ejemplo el consumo de la fanesca durante la Semana Santa, que además de ser una tradición en el país coincide con la época de cosecha de granos frescos. “Es una tradición muy antigua que se adapta con la llegada de la religión y entonces se da este sincretismo cultural que al final produce esta variedad de alimentos tan rica y tan nuestra”.  

Esteban Tapia citó la elaboración de chugchucaras, plato emblemático de Latacunga, que en la actualidad se prepara sin el ingrediente principal “papada del cerdo”, que le da el nombre al plato. “Sería interesante valorar el producto local y a través de este construir nuestras identidades; crear soberanía alimentaria, es decir, producir alimentos suficientes, pero sobre todo, culturalmente apropiados para un pueblo, es decir, lo nuestro, nuestras raíces, porque genéticamente estamos acostumbrados a comer ciertos alimentos”, puntualizó.  

En ese sentido, el antropólogo español e investigador prometeo Pedro Cantero se refirió en su conferencia a la importancia de la patrimonialización de los alimentos locales. “El valor patrimonial implica comunión, compartir". Para el expositor, la cocina es uno de los campos creativos más antiguos de la humanidad, y uno de los aspectos del patrimonio alimentario.  

Los avances de la interacción entre la genética y la nutrición fueron analizados por la cubana Ileana Rosado, quien hizo referencia al proyecto genoma humano, “cuyo objetivo fue determinar la secuencia de pares de bases químicas que componen el ADN e identificar y cartografiar todos los genes del genoma humano desde el punto de vista físico y funcional”, lo que ha permitido, según expresó, el diagnóstico de enfermedades genéticas en etapa presintomática y prenatal, la terapia genética y la medicina personalizada.  

“La fármaco-genómica y la nutrigenómica o la nutrición personalizada son disciplinas que tienen un futuro prometedor”, aclaró, al estar relacionadas con el tratamiento terapéutico personalizado para enfermedades con base genética. “La nutrigenómica estudia el efecto de los nutrientes y sus componentes bioactivos en la expresión de los genes; es decir, explica cómo la dieta condiciona diferencias en la expresión de nuestros genes”, señaló. 

En las Jornadas Científicas también intervino el investigador quiteño Javier Carrera, quien destacó la importancia de las semillas como el primer eslabón de la cadena alimentaria. “Las plantas van evolucionando no solo frente el ambiente, sino ante las necesidades de la gente; también tienen la capacidad de defenderse de las plagas y de las enfermedades cuando están sanas y encuentran los nutrientes adecuados en el suelo”.  

José País, investigador cubano y profesor invitado de ESPOL, habló sobre los retos de desarrollar un producto biotecnológico. Explicó como fórmula de éxito, que “hay que tratar de cerrar el ciclo: llevar la investigación al desarrollo, luego al registro y del registro a la comercialización porque es en la comercialización en la que se pueden lograr algunos dividendos para fomentar y seguir financiando la investigación”.  

FUENTE: Departamento de Relaciones Públicas de ESPOL